¿Cuántos objetos nos rodean? Sin dudarlo diríamos millones, desde grandes construcciones hasta pequeños objetos como un clip o una aguja, todos ellos con funcionalidades diferentes y gracias a los cuales nuestro día a día se hace más fácil. Creaciones capaces de comunicar, a través de su forma y función, una respuesta a nuestras necesidades cambiantes.
Seguro que más de una vez le hemos dado las gracias a algún objeto, mas no al diseñador, por existir, ¿a que sí? A nuestro cómodo sillón o sofá en el que nos tiramos a ver una película o leer un libro; al confort de unos zapatos cuando vamos a salir a correr o a caminar; o al paraguas por resguardarnos de un buen aguacero. La lista es muy larga y cada uno de nosotros tendrá su personalísima lista de objetos preferidos.
¿Pues saben qué? Hoy estamos de enhorabuena y vamos a aprovechar la efeméride del Día Mundial del Diseño Industrial para reconocer y agradecer a todos esos grandes profesionales, conocidos y no tan conocidos, su creatividad y genialidad para diseñar y desarrollar productos que se ajustan a nuestras preferencias y hábitos, y su imparable deseo de innovación basado en la experiencia y/o el uso de los objetos que permiten que nuestra vida sea más sencilla.
Así que les invito a invertir unos minutos de su día en pensar en ese objeto que sin darse cuenta los hace inmensamente felices y busquen qué gran talento (individual o conjunto) está detrás del diseño que lo hace único. Tan único que le da una identidad funcional y visual capaz de llamar nuestra atención, le permite dejar huella, un legado que hace la diferencia en la vida de todos. Que se lo digan Apple, Dyson o Coca Cola, ejemplo de tres grandes empresas, que como lo supo ver IBM en su momento, saben lo importante que resulta un buen diseño, ya que “Un buen diseño es un buen negocio”.
¡Y no cabe duda de ello! El móvil existía antes que iPhone, pero fue el diseño de Apple el que conquistó al consumidor. La aspiradora ya existía, pero Dyson consiguió diseñar una aspiradora sin bolsa que revolucionó el mercado. Y la Coca-Cola, cierto es que lo bueno está en su interior, pero no hay lugar en el mundo en el que el diseño de su botella no sea reconocido.
En resumen, los diseños han ayudado en gran medida no sólo a que el producto sea singular sino, en muchos casos, a que sea el motivo principal de compra de este. Así que reconozcámoslo claramente, como ya lo hizo Paul Rand en su momento, “el diseño es el embajador silencioso de tu marca” y, como tal, debemos darle la importancia y la protección que se merece.
Dicho lo cual, estimados diseñadores, mil gracias por tanto que nos dan y por contribuir con su trabajo a dar solución de forma creativa a nuestras necesidades diarias. Por hacer que las cosas sean “súper normales” en palabras de los grandes diseñadores Jasper Morrison y Naoto Fukasawa, llegando a formar parte de nuestra vida cotidiana sin que nos demos cuenta.