Bromas aparte, sirva el guiño al archiconocido claim de la Fábrica de Motores de Baviera (BMW) para traer al debate el uso de las marcas en lo que a vehículos respecta. Y es que, en un mercado en el que se había impuesto el uso de distintivos en forma de escudos, insignias, formas geométricas, y demás productos de la imaginación de los más prestigiosos creativos, parece que los fabricantes de vehículos vuelven a plasmar sus marcas denominativas en las carrocerías, lo que parece responder a la necesidad de estar en posición de acreditar el “uso efectivo” de dicha marcas y evitar la potencial caducidad de las mismas, tal y como establece el artículo 39 de la Ley de Marcas.
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