La reciente sentencia de la Corte de Casación de Francia pone fin a la disputa entre la autoría por las ocho esculturas de cera que el escultor Druet realizó a petición del artista conceptual Cattelan en el año 1999. Esto confirma la autoría de Cattelan por ser la persona a quién se le ocurrió el concepto y ser el responsable de su puesta en escena. Druet argumentaba la existencia de instrucciones “vagas” por parte de Cattelan a la hora de ejecutar las esculturas, sin embargo, al tratarse de cuestiones difíciles de probar, el Tribunal francés dictaminó que un artista conceptual puede ser un autor incluso si su trabajo ha sido realizado por otro siguiendo sus instrucciones.