Airwair, fabricante de las botas Dr. Martens y titular de varias marcas en la clase 25, demandó en 2022 a Redisco ante el Tribunal Mercantil de Bruselas por comercializar botas con signos muy similares a los suyos. Redisco respondió pidiendo la nulidad de las marcas de Airwair por falta de distintividad.
En primera instancia se anuló la marca relativa a la forma de la suela, pero en apelación esa decisión fue revocada. El Tribunal de Apelación concluyó que el patrón de la suela de Dr. Martens sí es distintivo y funciona como indicación de origen empresarial. Además, declaró que algunos modelos de Redisco infringían marcas de Airwair: tanto las suelas como el uso de un rectángulo con texto en el talón resultaban lo suficientemente parecidos como para generar riesgo de confusión sobre el origen de los productos.