Un estudio de la OCDE y la EUIPO revela que en 2021 las falsificaciones representaron el 2,3% del comercio mundial. China, Hong Kong y Turquía son los principales orígenes. Los productos más afectados son textiles, calzado y electrónicos, y el principal canal de distribución son plataformas online y envíos postales pequeños. Aunque no ha crecido significativamente, el comercio de falsificaciones sigue siendo relevante y difícil de controlar.