El caso se originó cuando GQ Italia, editor de revistas, lanzó la imagen de abajo como portada de una de sus ediciones.
En Italia, el Código de Patrimonio cultural restringe el uso comercial no autorizado de imágenes de bienes pertenecientes al patrimonio cultural de este país. En este caso en cuestión, la imagen de la escultura no ha sido utilizada como tal, sino una evocación.
Pese a lo anterior, el tribunal de Florencia encargado de resolver el asunto consideró que la realización de la portada con el modelo suponía una reproducción de la imagen de Davidcon fines comerciales y, por tanto, infringía el Código de Patrimonio cultural.
Cuando el órgano competente considere que el entorno controlado de pruebas ha cumplido con el objetivo, podrá determinar la finalización del mismo y emitirá un comunicado público a tal efecto.
El tribunal condenó a GQ Italia a indemnizar al museo con la suma de 20.000 euros por el precio de licencia y 30.000 euros adicionales por la alteración de la imagen.