El pasado 27 de septiembre, el Tribunal General publicó una sentencia que confirma que el bloqueo geográfico de las claves de inicio en la plataforma Steam, infringe el Derecho de competencia de la Unión Europea.
El caso tiene su origen en 2013 cuando la Comisión Europea inició una investigación contra la plataforma Valve y cinco editores de juego, para conocer la legalidad de las medidas implantadas relativas al geobloqueo. La infracción provocaba la restricción ilegal de las ventas transfronterizas, lo que suponía que los distribuidores de las compañías no pudiesen atender peticiones de usuarios que se encontraran fuera de los Estados donde se hubiera fijado el bloqueo. Estas limitaciones consistían, bien en que el videojuego solo podría activarse en un territorio, pero, una vez activado, se podía jugar en cualquiera; o bien, que la restricción solo permitía activar y jugar en un territorio concreto.
La Sentencia ha demostrado la existencia de un acuerdo y unas prácticas comunes entre Valve y los otros cinco editores que bloqueaban las claves de activación e impedían que videojuegos que en determinados países se distribuían a un precio, fueran adquiridos por distribuidores o usuarios de distintos países cuyo precio era superior, lo que eliminaba las importaciones paralelas.
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