En el año 2013 la empresa italiana Piaggio solicitó como marca de la UE un signo tridimensional correspondiente a la forma de un scooter “Vespa” para productos de la clase 18 (scooters) y clase 28 (modelos de scooters):
El examinador denegó provisionalmente el registro por falta de carácter distintivo. No obstante Piaggio presentó replicó alegando que el carácter distintivo se había adquirido por el uso, lo que finalmente permitió el registro de la marca.
En 2014 una empresa de origen chino presentó una solicitud de nulidad de la misma invocando varios motivos de nulidad. De entre todos, la EUIPO y en concreto las Salas de Recurso entendieron que la marca era nula al ser percibida como una simple variante de scooter, no como indicador de origen empresarial.
Piaggio recurrió la antedicha decisión ante el Tribunal General quien i) confirma que la marca no tendría distintividad inherente suficiente y ii) no obstante entiende que sí que habría carácter distintivo por su uso.
En relación con este segundo punto y en contra de las conclusiones de la EUIPO que negaban validez a la prueba aportada -ya que no se refería al concreto modelo de Vespa reproducido en la marca (modelo Vespa LX), sino a los Vespa en general-, el TG concluye que dicha prueba sí que sería valida ya que a pesar de presentar ligeras variantes, replica los elementos esenciales de los diferentes modelos comercializados desde 1945.
En este sentido además, la presencia internacional de Vespa en museos, obras fotográficas, etc. hacen innegable su conocimiento por el público quien, al ver una Vespa podrá identificar su origen empresarial; sobre todo si, como se ha comentado su forma en términos generales no ha variado esencialmente desde 1945.
De esta forma, el TG confirma que la marca ha adquirido carácter distintivo por el uso, en el sentido del artículo 7.3 del RMUE, y anula la decisión de la Sala de Recursos.