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Mujer, ciencia y Propiedad Intelectual

martes, 11 de febrero de 2025

Este año se cumple el 30º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y el 10º aniversario del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, dos celebraciones que nos recuerdan la importancia de la mujer en el campo de la ciencia y que nos invitan a reconocer su contribución e impacto en la innovación científica.

La historia de la ciencia y la tecnología ha sido en su mayoría narrada desde una perspectiva masculina, no obstante con el paso de los años las contribuciones fundamentales que las mujeres han realizado para el avance científico a lo largo de los siglos han ido ganando reconocimiento y esto de forma directa ha abonado el camino para que cada vez más mujeres y niñas quieran destacar en este campo.

En la ciencia, la Propiedad Industrial juega un papel fundamental al asegurar que los descubrimientos, las investigaciones e invenciones sean protegidos y sus titulares puedan hacer uso de su derecho exclusivo en el mercado, impidiendo que terceros utilicen comercialmente sus invenciones. Dos mujeres pioneras en la protección de sus inventos fueron Fermina Orduña quien en 1865 fue la primera mujer española en registrar su invento, un sistema para expedir la leche de burras, vacas y cabras, y Mary Dixon Kies primera mujer que solicitó y recibió en 1809 una patente estadounidense por su proceso para tejer paja con seda e hilos para hacer sombreros.

Según un informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), las mujeres siguen representando un pequeño porcentaje de los solicitantes de patentes en todo el mundo. Aunque las cifras van en aumento, los avances son lentos. En 2020, solo el 13% de las solicitudes de patentes a nivel mundial fueron presentadas por mujeres. Según datos de la OMPI divulgados en marzo de 2024, dicho porcentaje ha aumentado a un 17,7 % en el año 2023. A este ritmo, la OMPI calcula que la paridad entre los inventores que figuran en la lista del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT) solo se alcanzará en 2077. Esto refleja que a pesar de los esfuerzos realizados, las mujeres siguen enfrentándose a barreras sistémicas que les dificultan acceder a las mismas oportunidades que sus colegas masculinos.

De ahí la gran importancia del impulso de programas de sensibilización, de políticas inclusivas y la creación de redes de apoyo que alienten a las mujeres desde una edad temprana a involucrarse en la ciencia y la tecnología. Programas como el IPGAP de la OMPI, el Observatorio de Mujeres, Ciencia e Innovación (OMCI) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, o los premios WONNOW una iniciativa conjunta de CaixaBank y Microsoft Ibérica, entre muchos otros que se vienen creando a nivel nacional como internacional, buscan cerrar esa brecha y fomentar la igualdad en el ámbito de las ciencias. Además, es importante seguir destacando y celebrando a las mujeres que ya han dejado una huella para que sirvan de inspiración a futuras generaciones.

El papel de la mujer en la ciencia y la Propiedad Industrial e Intelectual es crucial para el progreso científico y la innovación tecnológica. A pesar de los desafíos, las mujeres han demostrado que sus contribuciones son fundamentales para el avance de la humanidad y de ahí la importancia de crear un entorno mundial que las aliente a participar activamente en la creación y protección de la ciencia.

Si consideramos que las mujeres constituyen el 49,5% de la población mundial, el hecho de que su participación en la actividad económica sea desigual repercute de forma negativa en la economía global y eso es un lujo que no nos podemos permitir considerando los problemas mundiales a los que nos enfrentamos. Es el momento de potenciar el crecimiento económico y de aprovechar y fomentar todo el talento innovador que las mujeres aportan en la ciencia y en el ámbito de la Propiedad Intelectual.

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