El Parlamento ha dado luz verde a la propuesta de Directiva presentada por la Comisión que pretende mejorar la durabilidad de los productos y poner fin al denominado greenwashing.
Se prevé prohibir el uso de afirmaciones ambientales como "respetuoso con el medio ambiente", "natural", "biodegradable", "neutro para el clima" o "eco" si no van acompañadas de evidencia clara. Solo se permitirán afirmaciones ecológicas certificadas y fundamentadas.
Otro de los objetivos es el de luchar contra la obsolescencia. Para ello, la introducción de características de diseño que limiten la vida útil de un producto o provoquen un mal funcionamiento prematuro de los productos estará prohibida. Además, con el fin de ayudar a los consumidores a decantarse por productos más duraderos, se ha propuesto una nueva etiqueta de garantía que indique no solo la duración de la garantía exigida legalmente, sino también la duración de las posibles extensiones de garantía ofrecidas por los productores.