En 2016, una editorial alemana interpuso una demanda contra la empresa distribuidora de AdBlock Plus, alegando que el bloqueador de anuncios modificaba y reproducía ilícitamente sus sitios web, al tener estos la consideración de programas de ordenador.
Tanto el Tribunal de Distrito de Hamburgo como el Tribunal de Apelación rechazaron la demanda, al considerar que el bloqueador solo afectaba la visualización en el navegador, sin alterar el código fuente ni la sustancia del software. El caso llegó al Tribunal Supremo alemán, que criticó la falta de claridad por parte del Tribunal de Apelación sobre cuál era el objeto de protección del programa de ordenador y cómo se determinó que no hubo infracción. Finalmente, el Tribunal anuló la decisión del Tribunal de Apelación y devolvió el caso para una nueva evaluación.