No es la primera vez, ni será la última, que vais a leer en este foro acerca del valor e importancia de la Propiedad Industrial e Intelectual (en adelante, PI). Es un hecho y está probado. Los activos intangibles de PI, como las patentes y las marcas, pueden añadir a los productos o servicios de una empresa el doble de valor que el resto de los activos tangibles.
Pero no sólo es importante la PI por el valor que aporta al producto o servicio final, también es importante porque es un activo estratégico que nos sirve para obtener financiación. Aun así, todavía se plantea la duda de si la PI es un gasto o es una inversión.
El tejido empresarial español lo componen mayoritariamente empresas de pequeña o mediana dimensión. Las PYMES españolas tienen que sobrevivir y crecer sobre la base principalmente de financiación externa.
En este contexto, lo que crean o inventan las PYMES, su innovación, se constituye como el bien más preciado y resulta imprescindible protegerlo. Sin embargo, el presupuesto siempre es limitado y, paradójicamente, la PI suele ser de las últimas partidas a las que se destinan recursos.
También se conocen casos, me aventuraría a decir que todos de éxito, donde la PI es la máxima prioridad. Pero desafortunadamente, para la mayoría de las PYMES la PI sigue siendo más bien un gasto.
Plantear la PI como una inversión es una constante lucha para los profesionales del sector como nosotros, pero también para el Departamento Legal o de I+D+i que tiene que solicitar presupuesto a los órganos de decisión dentro de la organización. Pero, si conseguimos cambiar la perspectiva, conseguiremos mejores resultados.
Como dato, un estudio de la EPO y EUIPO en 2023 (Patents, trademarks and startup Finance) mostraba que, de media, las empresas de nueva creación o startups que invierten desde el inicio en el registro de derechos de PI tienen hasta 10,2 veces más probabilidades de asegurar con éxito el futuro de la empresa.
Además, lo que queremos destacar en este artículo es el papel de la PI como fuente de financiación. No es sólo plantear la protección de nuestros activos intangibles como una inversión a futuro, sino como una estrategia que nos va a ayudar en el presente a conseguir los fondos o colaboraciones necesarias para desarrollar nuestra actividad principal.
El mismo estudio citado anteriormente mostraba que el registro de patentes y marcas en la fase semilla e inicial de crecimiento de startups se ha asociado a una mayor probabilidad de financiación posterior mediante capital riesgo.
Tanto si buscamos financiación a través de inversores en fases tempranas, como de prestamistas, se tendrá muy en cuenta por la otra parte nuestra estrategia de protección de la PI, puesto que ésta actúa como respaldo de la estrategia comercial e indicador del potencial empresarial, e incluso puede servir como garantía.
Igualmente, si buscamos la colaboración con fabricantes, proveedores o instituciones de investigación para acelerar el desarrollo de nuestra tecnología, una buena carta de presentación será contar con una sólida cartera de PI. Es así, te mirarán con otros ojos.
Y no sólo hablamos de obtener títulos de marca, diseño o patente, también es importante que se hayan identificado los activos estratégicos y se haya planteadominuciosamente cómo van a protegerse (vía registro, secreto empresarial…). De esta manera, generamos valor y confianza de cara a los inversores.
Así las cosas, está claro que la PI influye en el crecimiento, el éxito y la reputación de las empresas en el mercado. Por ello, lo ideal es que nos tomemos muy en serio su protección desde el principio, especialmente por parte de los niveles estratégicos dentro de la empresa.
Sin perjuicio de lo anterior, y siendo realistas, sabemos que invertir en la PI no es fácil ni barato. Los recursos son finitos y no todas las empresas cuentan con un equipo con conocimientos en la materia. Asimismo, resulta casi imprescindible buscar ayuda de profesionales, especialmente si pensamos en proteger nuestros derechos inmateriales en el extranjero.
Afortunadamente, desde hace algunos años se ha tomado consciencia de esta problemática y desde la Unión Europea se han puesto en marcha iniciativas para proporcionar apoyo financiero a las PYMES para gestionar y proteger sus activos intangibles. Por ejemplo, la Comisión y la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea han lanzado un año más el Fondo para PYMES dotado de 18 millones euros. Los beneficiarios de este Fondo pueden acceder, entre otros, a bonos para el registro de patentes nacionales (máximo 1000 EUR) y/o patentes europeas presentadas en la EPO (máximo 2 500 EUR), bonos para el registro de marcas y diseños (máximo 700 EUR).
En cualquier caso, queda mucho por hacer para garantizar que el acceso a la PI esté al alcance de todos, en especial de emprendedores y PYMES que son el corazón de la economía y del empleo de nuestro país. Y ni qué decir tiene, de la importancia de la PI para las Universidades y Centros Públicos de Investigación. Pero eso os lo contamos otro día.