La EPO (Oficina Europea de Patentes), ha implementado varias herramientas de inteligencia artificial (IA) para mejorar la eficiencia y precisión en sus procesos de búsqueda y evaluación de patentes, pudiendo destacar las más relevantes, las herramientas de preclasificación y búsqueda automática de patentes.
Herramienta de Preclasificación.
Esta herramienta analiza el contenido de las solicitudes y las asigna a las unidades de examen adecuadas, lo que ayuda a optimizar el flujo de trabajo y a reducir el tiempo de procesamiento. Su funcionamiento se basa en la utilización de algoritmos de procesamiento del lenguaje natural (NLP) y aprendizaje automático para interpretar el contenido de las solicitudes y clasificarlas según el sistema de clasificación internacional de patentes (IPC).
Búsqueda Automática de Patentes
Quizá la más relevante y la que más debate cuenta en la actualidad. También conocida como IA-PreSearch, fue lazada en agosto de 2023 con el fin de ayudar a los examinadores a realizar búsquedas de patentes más eficientes y precisas. Esta herramienta puede analizar grandes volúmenes de datos de patentes y otros documentos técnicos para identificar referencias relevantes. Emplean técnicas de deep learning y redes neuronales para realizar búsquedas semánticas avanzadas, lo que permite encontrar documentos relacionados no solo por palabras clave, sino también por el contexto y el contenido.
Mientras que los beneficios son muy evidentes en cuanto a mayor eficiencia y precisión, también existes riesgos y mejoras pendientes, pudiendo destacar los más relevantes:
- Calidad de los datos: La eficacia de las herramientas de IA depende de la calidad y la relevancia de los datos con los que se entrenan. Datos incompletos o sesgados pueden llevar a conclusiones incorrectas.
- Interpretación de resultados: Aunque la IA puede proporcionar análisis detallados, la interpretación de estos resultados aún requiere el juicio experto de los profesionales en patentes para tomar decisiones finales.
- Cuestiones éticas y legales: El uso de IA plantea preguntas sobre la confidencialidad de los datos y la responsabilidad en caso de errores o malinterpretaciones.
En vista de lo anterior, es más que evidente que se requiere la supervisión de examinadores humanos para interpretar los resultados y tomar decisiones finales, asegurando la precisión y fiabilidad del proceso.
Nadie duda que la IA ha venido para quedarse. Estamos tan solo al principio de la evolución y aplicación de la IA al campo de la propiedad industrial, y se espera que ésta evolucione y se optimice en los próximos años, no solo en la EPO, sino también en Oficinas como la EUIPO, que ya la usa desde el 2023 para las traducciones automáticas de las decisiones a 23 idiomas en el eSearch Case Law.