Medios de comunicación británicos han descubierto que el NHS, sistema nacional de salud británico, habría estado compartiendo datos de salud de los ciudadanos del Reino Unido con Meta sin su consentimiento. Los datos se han compartido a partir de una tecnología de trackeo por la que es posible conocer información sobre la navegación web de los usuarios.
A través de la instalación de esta tecnología en los dispositivos de los visitantes de webs vinculadas con el NHS, Meta habría tenido información sobre quién accedía a las mismas, así como sobre las condiciones médicas, las citas y los tratamientos de los pacientes. Posteriormente, los datos han sido utilizados con fines de publicidad, sin informar a los pacientes en la respectiva política de privacidad del NHS.
La autoridad de protección de datos del Reino Unido, la ICO (Information Commissioner’s Office), ha asegurado haber iniciado las oportunas investigaciones para determinar si ha habido un incumplimiento sancionable de la normativa aplicable por parte del NHS y sus colaboradores.